5.16.2011

-Estás enfadado.
-No, no lo estoy.
-Lo estás, cuando frunces el ceño de esa forma, lo estás.
-Eso no tiene ningún sentido.
-Sí que lo tiene, lo tengo comprobado.
-Eres muy observador.
-No me cambies de tema.
-No lo hago.
-¿Qué pasa?
-Nada...
-Que lo digas, que lo sueltes de una maldita vez.
-Estoy cansado.
-¿De qué?
-De que siempre haya algo entre nosotros, algo que nos separe. Cuando no es una cosa, es la otra.
-Eres tú el que pretende hacer que eso nos separe, si no se lo permites, no lo hará. No se lo permitas.
-Las cosas son más difíciles que eso, y yo estoy cansado.
-Yo también estoy cansado, y sigo aquí, a tu lado.
-Quizá será que ambos estamos cansados.
-Pones excusas, y sabes de sobra que encontrarás todas las excusas que busques.
-No es eso...
-Para, para de comerte la cabeza, o acabarás haciéndote daño, y haciéndome daño a mí.

-Me dijiste una vez que serías capaz de bajarme todas las estrellas del universo.
-Sí, pero no me lo pediste.
-No, lo hago ahora.
-Ahora ya no vale.
-¿Por qué?
-Porque ya no puedo bajártelas.
-Pues no entiendo qué ha cambiado.
-Todo, ha cambiado todo.
-No te entiendo.
-Soy difícil, eso también te lo he dicho, y uno sólo una vez.
-Ya.
-Pero tú te empeñaste en seguir con esto.
-Lo se, ¿te arrepientes?
-Sabes de sobra que no, yo nunca me arrepiento de nada.
-¿Pero?
-Pero estoy viendo el final, la línea que marca el principio del acantilado.
-No me gustan los acantilados...
-Ni a mí.

5.06.2011


Y ella el día de tu final. Oh, sí, ese que tanto esperabas, que tantas ganas tenías de afrontar. ¿Verdad, decías querer? Pues verdad vas a tener.
Lo que no sabías es que los problemas nunca vienen solos. Se acumulan, hieren, te dejan tan destrozado... Que no sabes qué hacer. Ya no eres solo tú, sino el tiempo con los otros, tú mismo eres un conjuto de cosas: tus pensamientos, tus ideales, tus defectos y por supuesto tus virtudes. Pero no solo eso, sino que también eres lo que ven los demás en ti, los momentos que pasas con ellos, todos los sentimientos que tenéis.

Es algo complicado, eso de ser o no ser.

Y ahora me paro a pensar, ¿qué soy yo? Ahora mismo solo una sombra de lo que podría ser. Todos me han mentido, todos han fingido, y a todos he defraudado. He mirado en el espejo y me he visto envuelta en lágrimas de sufrimiento, atrapada en un cuerpo de muñeca fea y deforme que ya no sabe ni lo que siente, ni lo que podría ser.

Sí, señores, es difícil eso de necesitar un abrazo y estar tan solo que en ese momento nadie pueda dártelo.

5.04.2011

Es difícil abandonar todo lo que llevas construido. ¿Por qué? Porque en este caso no solo sería abandonar los momentos vividos, las mañanas, los lugares, sea lo que sea, no sería abandonar una huida segura al mundo de la felicidad, sino que también sería abandonar una parte de mí misma, arrancarme parte de mi ser, y lanzarlo lejos. Y no, definitivamente no estoy preparada para eso. Prefiero esperar, aunque la espera se haga larga y algo tediosa. Pero nadie dijo que los sentimientos fueran fáciles, ni tan si quiera el más simple y sencillo. Porque cuando estás perdido en la oscuridad, te quedas solo, sin sentimientos.