5.16.2011


-Me dijiste una vez que serías capaz de bajarme todas las estrellas del universo.
-Sí, pero no me lo pediste.
-No, lo hago ahora.
-Ahora ya no vale.
-¿Por qué?
-Porque ya no puedo bajártelas.
-Pues no entiendo qué ha cambiado.
-Todo, ha cambiado todo.
-No te entiendo.
-Soy difícil, eso también te lo he dicho, y uno sólo una vez.
-Ya.
-Pero tú te empeñaste en seguir con esto.
-Lo se, ¿te arrepientes?
-Sabes de sobra que no, yo nunca me arrepiento de nada.
-¿Pero?
-Pero estoy viendo el final, la línea que marca el principio del acantilado.
-No me gustan los acantilados...
-Ni a mí.

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